Estuvimos enamorados del lugar y sin ganas de volver a casa. Sus anfitriones no dejan que te falte de nada incluyendo hacer de guías para que nos lo pasaramos bien. La comodidad y limpieza de la casuca un diez, de hecho era poco tiempo una semana y queríamos ver cositas de Cantabria, pero sino no nos hubiéramos movido, no le falta de nada a esta casuca. El entorno nos transmitió mucha paz. Volveremos sin dudarlo ya que nos quedaron cositas que ver gracias a Grisel y su marido y a toda la información que nos dieron.
Leer más