Nos ha encantado toda la experiencia. La dueña Puri mantiene la posada muy limpia, acogedora y con encanto. Ha sido muy amable y nos ha recibido como en casa. También nos ha dado muy buenas recomendaciones. La habitación maravillosa, tranquila, limpia, con vistas a la pradera y las camadas muy cómodas. Además hace un buen bizcocho para desayunar. Muy buena calidad-precio, y muy cerca de sitios que merecen la pena visitar en la zona. Gracias por todo Puri, tu gran corazón se percibe en todo lo que haces.
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