Un sitio excepcional. Hemos pasado unos días fabulosos mi marido y yo. Y no sólo por la maravilla que es la Posada sino por la maravilla de trato de las personas que están ahí. Tanto Gloria como Margarita y la encantadora Queca, que además de servirnos los desayunos,nos ha tratado con mimo. La habitación limpísima y cama muy cómoda. Repetiremos fijo.
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